Según
Senge (2017) “el profesor del siglo XXI tiene que enseñar lo que no sabe, y lo
primero que tienen que hacer es desaprender, olvidar los métodos pedagógicos
tradicionales e innovar en las técnicas de aprendizaje”. La innovación no debe
ser considerada una opción; sino más bien, un imperativo para cualquier docente
que básicamente está desafiado a innovar y a desarrollar ideas creativas que
transformen la educación. Las escuelas necesitan docentes capaces de generar
nuevas ideas que rompan con la educación tradicional y permitan aprovechar el
potencial y las habilidades de los alumnos.
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